viernes, 22 de enero de 2016

relativismo moral

LIBRO

RELATIVISMO MORAL

El escepticismo se encuentra en todas las civilizaciones envejecidas (en China, India o Grecia, como en Occidente actual). Nace cuando al entusiasmo sucede el desencanto: no se ha logrado lo que se pretendía. El escepticismo moderno ante el fracaso de las morales de la Ilustración adopta la forma de relativismo: no existe una sola moral, sino varias, tantas como tipos de sociedad. La enseñanza moral consiste en que cada uno busque su propia moral, de acuerdo a su medio. Unas sociedades protegen con ardor la vida de los niños, ancianos y minusválidos. Otras los matan cuidadosamente. Las dos prácticas tienen en sí el mismo valor moral: el valor real lo crean las circunstancias, las necesidades del caso concreto. Las buenas costumbres serían las costumbres habituales. Las malas costumbres, las no habituales. Nada de luchar contra corriente: el conformismo es la regla básica de la moral. La moral se basa en la sociología. Aunque repudiemos esa forma de pensar, no hay que deducir de ello que la sociología o ciencia de las costumbres no tenga ningún valor. Lo tiene, y puede ser un valioso auxiliar de la ética...pero no un substitutivo de la misma. Contribuyen al relativismo las distintas variantes del cientificismo (no sabemos nada confiable excepto lo que indican las ciencias experimentales); los científicos y técnicos son los únicos autorizados a hablar de moral y a dictar reglas, que serán por ejemplo la conservación del medio ambiental, o el control de población, o los medios para no sufrir.... El técnico es el verdadero moralista. 

Moral Para Profecionales - Rafael Estartús

ARTICULO

RELATIVISMO MORAL

El relativismo moral debe ser distinguido con claridad del escepticismo moral. Mientras que el escepticismo en general y el moral en particular mantienen intacta la noción de verdad como correspondencia entre la creencia y la realidad, y únicamente dudan de si es posible estar plenamente seguros de haber alcanzado esta adecuación, es decir, niegan que el ser humano sea capaz de certeza objetiva, el relativismo, tanto el general como el específicamente moral, socava la noción misma de verdad, pues la identifica con la creencia subjetivamente firme. En una peculiar mezcla de humildad y orgullo, el relativista considera desmesurada la pretensión de conocer, aunque sea en una sola ocasión, la realidad misma, las cosas tal y como son. En su opinión, el ser humano debe conformarse con el parecer y renunciar al ser. Pero, a la vez, el relativista convierte al hombre en la medida de todas las cosas, incluida la verdad. Ahora bien medir la verdad equivale a establecerla o, lo que es lo mismo, crearla. Por consiguiente, de esta forma, bastaría creer algo para que ello fuese, eo ipso, verdadero. Naturalmente no verdad para todos, no una verdad objetiva, válida en sí misma, sino válida para aquel individuo que la tiene por verdadera (relativismo subjetivo o subjetivismo) o grupo de individuos que comparten la creencia en cuestión (relativismo cultural). Muchos pensadores —por ejemplo, E. Husserl, o, más recientemente, H. Putnam: Prolegómenos:— han estimado que un relativismo total, o sea, que se extienda a todo objeto de conocimiento, es de suyo incoherente, tan absurdo como un escepticismo completo que niegue la posibilidad de cualquier conocimiento a la par que afirma el conocimiento de que no se puede conocer. Sea como fuere, el relativismo moral, que es el único del que aquí se va a hablar, no cae bajo esta crítica, porque reduce su alcance a un tipo de verdades: las éticas. Hemos de ver, pues, con qué argumentos se avala esta pretensión y cuál puede ser su fuerza.

http://www.philosophica.info/voces/relativismo_moral/Relativismo_moral.html

TESIS

LA JUSTICIA RETRIBUTIVA Y LA JUSTICIA DISTRIBUTIVA

Para completar qué se entiende por moralidad, hay una definición que es crucial en este campo, a saber, la de la justicia. En el tercer capítulo de su obra “El criterio moral en el niño” PIAGET aborda ampliamente las relaciones entre la cooperación y el desarrollo de la noción de justicia. Estudia diversos aspectos, como la justicia retributiva y su relación con el castigo. Este puede ser expiatorio, basado en la severidad, propio de la mentalidad infantil y de la conciencia heterónoma y el castigo recíproco, orientado por la idea de prevención y reparación del daño ocasionado que se observa en los mayores. Los niños pequeños admiten la existencia de sanciones que surgen de las cosas mismas (justicia inmanente) mientras que los niños mayores abandonan este postulado a medida que la moral de la cooperación va predominando sobre la moral del respeto al adulto. También trata de los efectos positivos de la cooperación y las relaciones entre los iguales en el campo de la justicia distributiva o igualitaria, que conducen a la supremacía de la igualdad cuando se produce un conflicto entre el punto de vista retributivo y el distributivo. Llegará a la conclusión de que el sentimiento de justicia a pesar de poder ser naturalmente reforzado por los preceptos y por el ejemplo práctico de los adultos, es en gran parte independiente de estas influencias y no requiere para desarrollarse más que el respeto y la solidaridad entre los niños. La noción de justicia es la más racional de las nociones morales y resulta directamente de la cooperación. Para su estudio PIAGET abordará el problema de los castigos, la responsabilidad colectiva y la justicia inmanente, los conflictos de la justicia retributiva y la distributiva, el análisis entre la justicia distributiva y la autoridad, el estudio de la justicia entre los niños y las relaciones entre justicia y cooperación.

http://biblioteca.ucm.es/tesis/19972000/S/4/S4014301.pdf 

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